domingo, 22 de septiembre de 2019

De la semana pasada



Llevo horas dando vueltas en la cama, después de una larga jornada de descanso y sueño. No poder dormir en este preciso momento me causa estrés y ansiedad.

Y todo porque mi mamá me despertó para que bajara a comer una rebanada de pastel de chocolate. A veces, en días como hoy, caigo en cuenta de lo mal agradecida que soy con la vida o tal vez soy lo suficientemente rebelde como para acatar las normas sociales. En otros tiempos pensarías que simplemente soy así, pero hoy, en lo que a mí concierne, absolutamente todo me es indiferente. 

Desperté a las 12 del día después de una horrible pesadilla que considero, marcará mi futuro. Todavía sigo esperando a llegar al tercer piso pasa escribir esa entrada especial sobre los sueños, mismos que desafortunadamente dejaron de ser alucinantes.

No sé si es la vida adulta, si son las drogas o si mi vacío se extiende al mundo onírico...

Y a propósito de la pesadilla, supongo que soy la peor cuidando niños. 



Ahora que vuelvo a leer esto, creo que no tiene mucho sentido. LOL

Fue solo un sueño, ¿verdad?

Camino por una facultad similar al edificio que visitamos en junio como parte del trabajo.  Era de tarde, o quizás de día por la gran cantid...